Los que me conocen saben que tengo un problema de exceso de imaginación, y eso tiene que salir por algún lado.
Como las artes pictóricas no son o mío y con la foto no llego hasta dónde me gustaría, de vez en cuando escribo cosas. Por norma general son ideas sueltas, o cosas que he soñado, pero que por lo general se quedan muertas de asco en algún papelucho al que nunca más hago caso.
Pero de vez en cuando se me ocurre una idea, y si consigo mantener la concentración un tiempo suficientemente largo, hasta le doy forma y hago un relato breve de ella. Aunque ocurra de uvas a peras, a veces ocurre, lo que nunca les doy salida porqué nunca ocupan más de diez líneas.
E incluso a veces, pero en muy contadas ocasiones, decido hacer público lo que he escrito y lo mando a algún sitio. Y de éstas ocasiones, a veces, pero muy pocas veces, alguien decide colgarlo para que otros lo vean.
Un día, a través del blog de un amigo me enteré que la gente de La biblioteca encantada habían propuesto un concurso de microrelatos y pensé en participar.
Dicho lo anterior, coincidireis que casualmente en ese momento se me ocurriese idea, que fuese capaz de ordenarla, ponerla sobre papel, mandarla y que la colgasen en su blog, es una posibilidad entre un millón.
Y todos sabemos que las posibilidades entre un millón nunca fallan.
Si queréis saber de que va el tema, podéis leer los relatos participantes aquí.
El mío es el "protocolo 73", espero que después de leerlo, no me mireis peor de lo que ya lo hacéis xD
Los recomiendo todos, especialmente el de Luis Guallar titulado "El Símbolo" y recomendar su blog ya de paso!
Y dicho esto, cuelgo otra de las fotos de la rosa que hice el otro día, no me acaba de convencer para presentarla, pero estas cosas nunca las veo yo muy claras...
